jueves, 25 de noviembre de 2010

Etnias en Honduras


Honduras es un país multi-étnico, por consiguiente es un país multicultural. La composición étnica de Honduras es el siguiente: 2% blancos, 3% negros garífunas, 6% indígenas y el 90% población es predominantemente mestiza. Las etnias son parte de la belleza integral de Honduras, cada etnia tiene su particularidad.




En Honduras existen 7 grupos étnicos, cada uno de ellos tiene su propia lengua:

Grupo Etnico y su Lengua

1.      Lenca..............................................Lenca

2.      Garífuna..........................................Garifuna

3.      Tolupanes o, Jicaques......................Torrupan o, Tolupan

4.      Misquitos........................................Misquito 

5.      Pech................................................Pech

6.      Chortís............................................Chorti

7.      Tawahka.........................................Tawahka



Al momento de la llegada de los españoles la población indígena de Honduras era aproximadamente de ochocientas mil personas. De estas, unas seiscientas mil vivían en las áreas central y occidental de la provincia. Durante el siglo XVI y la primera mitad del XVII, la población indígena total del área colonizada por los españoles se redujo considerablemente; para este período, la cantidad de indígenas se calcula en unas veinticinco mil personas, lo cual significa una relación de despoblación de veinticuatro a uno. Hacia mediados del siglo XVII, la población alcanza mayor estabilidad

TAWANKAS O SUMOS


Descendientes también de grupos distintos de la cultura mesoamericana del suroccidente y centro de Honduras, los sumos constituían tribus selváticas y nómadas, que a la llegada de los españoles recorrían el curso medio del río Patuca, en lo que es el actual departamento de Gracias a Dios.

Conmocidos por los españoles como taguacas, son descritos por aquéllos como indóciles y belicosos, tanto en sus relaciones con los indios lencas como con los conquistadores y misioneros.
Un grupo pequeño de ellos sigue viviendo cerca de ese río.

  

Los tawahkas o sumos, como también se les denomina, son uno de los grupos indígenas que habitan en las riberas del río Patuca, en el departamento de Gracias a Dios y parte del departamento de Olancho en Honduras y en la Costa Atlántica de Nicaragua. La región que comprende el departamento de Gracias a Dios se conoce como La Mosquitia. Aquí nos referiremos a los tawahkas ubicados en Honduras.



 

LOS GARINAGUS (GARIFUNAS)

HISTORIA
Al rededor del siglo X (Año 1000 DC), Los Arawkanos y los Caribes, tribus de tierra dentro del continente SurAmericano, por razones no comprensibles decidieron conquistar y explorar las islas que se encuentran en el hoy conocido Mar Caribe. Y se presume que fueron los primeros pobladores de estos archipielagos.

En 1635 dos Goletas Españolas cargadas de esclavos Africanos, naufragaron en las costas de lo que hoy se conoce como la Isla San Vicente, en aquel entonces llamada por los arawkanos, YARUME o YOLOME.


Los esclavos de estas Goletas aprovecharon el desparpajo del naufragio para escapar de sus verdugos buscando refugio en Islas cercanas como San Vicente, Dominica y otras Islas.

Los Indios Caribes los acogieron ofreciendoles asistencia y protección, con los años les permitieron que hicieran uniones matrimoniales con los Indígenas y adaptando asi costumbres y la lengua de los Arawkanos o Caribes, al mismo tiempo conservando costumbres y la lengua de sus pueblos natales de Africa.

De esta unión nació una nueva raza, a la cual los Indígenas le llamaron "GARINAGU" hoy conocidos como "GARIFUNAS".

Para el año 1750 esta raza era numerosa y bien prospera, en la isla de San Vicente, tenían varios pueblos y tenían sus Jefes de Guerra, la ley era que cada uno de estos Jefes podría tener varias mujeres y que estas tenían que cultivar tierras, granjas y la familia para El.


Así nació la cultura de que la mujer ejerce y es la cabecilla, encargada de la producción de las granjas y el cuidado del hogar, los hombres se dedicaban a la pesca, caza y la guerra.

Estos empezaron a canjear mercaderías y productos con los otros habitantes Europeos como los Franceses, en San Vicente y las otras Islas vecinas como Martinique, Sta Lucia y Granada.

Para 1763, los Ingleses buscando tierras apropiadas adonde poder establecer fincas de la Caña de azúcar, llegaron a San Vicente y con trucos, mentiras y represiones, empezaron arrebatar tierras a como diera lugar a los Indígenas y a los Garifunas, esto condujo a un conflicto de guerrillas entre los dos bandos, los Franceses no muy amigos de los Ingleses ayudaron en este a los Garifunas, tratando al mismo tiempo de deshacerse del enemigo común y así el conflicto se mantuvo por espacio de 32 años.

Finalmente en 1795 los Ingleses, en una masiva campaña militar hicieron que los Franceses se rindieran y abandonaran la Isla, esto dio principio al sabotaje Ingles en contra de los Arawkanos y Garifunas de la Isla, quemando casas con familias en ellas, quemando siembras, plantaciones de algodón y tabaco, quemando y destruyendo la embarcaciones de pesca y transportación que estos usaban para sus operaciones comerciales con las otras Islas vecinas, todo esto con la ayuda de los esclavos africanos que ellos tenían, así fue que para finales de 1796 los Garifunas y los Araucanos, hambrientos, enfermos y aterrorizados, se rindieron a las fuerzas Inglesas, que según las estadísticas estos sumaban unos 4,644 entre hombres, mujeres y niños.


Los ingleses no sabiendo que hacer con ellos, los mandaron a la isla de Baliceu en la costa de Venezuela, hasta que llegaran ordenes de que hacer con ellos, en esta Isla fueron sometidos a tortura, hambre y abandono, viviendo en circunstancias sucias, entre los excrementos de ellos mismos y de los animales, enfermedades como la malaria y tifoidea hicieron desastrosos resultados disminuyendo la población Garifuna, se entiende que mas del 50% de ellos perecieron en los cuatro meses que estuvieron alli.

En febrero de 1797 llego la orden de mudar a los reos a la Isla de Roatan en las costas de Honduras, adonde los Ingleses tenían como expatriados a otros negros africanos exiliados por rebeldes e indeseables, cuando esta decisión fue tomada, al mismo tiempo se acordó regresar a todos los indios Arawkanos a su Isla, es decir a San Vicente.

Para marzo 11 de 1797, se ejecuto la orden de empezar el traslado de los Garifunas y otros esclavos Africanos y un grupo de soldados del ejercito Ingles a Roatan.

Todos fueron embarcados en una flotilla de 8 naves, para cruzar el Mar Caribe rumbo al Oeste y rumbo a Honduras, todo esto quedo al mando del Capitán James Barrett y fue así que empezaron la odisea de su vida, con solo una estadía por 10 días en Jamaica, para abastecerse de agua fresca y carne.

A mediados de Abril de 1797 avistaron a Guanaja y en sus cercanías fueron atacados por los Españoles y estos capturaron una de las embarcaciones con el nombre de Prince Wiliams Henry y con ella 289 Garifunas.


Los Españoles habían arrebatado Roatan a los soldados Ingleses qué comandaban el cuartel allí, fue así que cuando James Barrett arribo tubo que pelear por la posesión de Puerto Róyale y después de tomar presos a los Españoles y asegurar la posesión de la Isla se propuso rescatar la embarcación que los Españoles le habían arrebatado, 10 días después encomendó a tres embarcaciones de las siete, a que persiguieran a los Españoles para rescatar al Prince Williams Henry y los 289 Garifunas en ella. Los Ingleses llegaron a la orillas de Trujillo y empezaron un intenso borbandeo del puerto, sin conseguir el objetivo de invasión, buscaron la diplomacia y en platicas con los Españoles, decidieron suspender el borbandeo por la entrega de la nave y los Garifunas en ella, de regreso a Roatan la nave fue encallada y naufrago en la entrada del puerto no sabiendo si hubieron sobrevivientes de este naufragio.

Antes de abandonar a los Garifunas los Ingleses los suplieron de mercaderías y herramientas de labranza, anzuelos para pescar y líneas para ello, pero la temporada de lluvias ( Ya era Mayo) ya estaba en camino y estos, enfermos, desmoralizados y cansados, se vieron impotentes para poder limpiar los bosques y hacer los regadíos necesarios a tiempo para poder sembrar sus hortalizas, fue cuando decidieron pedir ayuda a los Españoles y le imploraron a estos que los sacaran de allí y los rescataran de las manos de los Ingleses y así llegaron a tierra firme del pais.


Los Españoles al mismo tiempo tomaron posesión de las Islas otra vez. Esto sucedió a finales de Mayo de 1797. Una vez traídos a tierra firme, los Españoles emplearon a os Garifunas en el Ejercito, como pescadores y la mayoría los emplearon para limpiar los bosques, y así poner a las mujeres a sembrar y cosechar los productos que tanto necesitaban ya que ellos no sabían como aprovechar las tierras y estaban en apuros de alimentacion.

Esta cómoda situación salvo a los Europeos que Vivian en la Costa Norte de Honduras, la producción agrícola de los Garifunas, asistidos por esclavos africanos que traían para que ayudaran a las mujeres en el cultivo de las tierras, empezaron a suplir con los productos alimenticios que ellos carecian.

Los Garifunas pronto empezaron a explorar la costa norte del país hasta Belice en el Este y Nicaragua al Oeste, en ese entonces la explotación de maderas preciosas era el comercio preferido de los Europeos, especialmente los Ingleses y cuando Garifunas llegaban a estos puestos, inmediatamente eran empleados por ellos.

Los Garifunas pronto empezaron a desilisiunarce de los Españoles y la mayoría de ellos abandonaron Trujillo, buscando hacia arriba nuevos horizontes fundando nuevos pueblos y Villas.

Los Misquitos (Sambos) eran aliados de los Ingleses y enemigos de los Españoles, estos acogieron a los Garifunas dándoles protección y albergue.

Hoy los Garifunas están establecidos en cerca de 50 comunidades en todo Honduras, además de tener una fuerte presencia en Belice, Nicaragua, la Islas de la Bahía y Dominica adonde se conocen como "Karaphunas".


LOS PECH

SU HISTORIA

Se han realizado pocos estudios sobre este pueblo indígena. En la época precolombina, vivían en la parte central de la Mosquitia. Hondureña y en el noroeste del departamento de Olancho y hasta la ultima mitad del siglo XVII, ocupaban toda la comarca entre los ríos Aguán, Patuca y el mar; eran además dueños del litoral de la región desde Caratasca hasta el cabo Gracias a Dios, frontera con Nicaragua.

Lehmann y otros creen que las Islas de la Bahía también estuvieron ocupadas por los pech. Fundamentan esta propuesta en que, en 1622, indígenas de las Islas de la Bahía fueron utilizados como intérpretes por una expedición misionera entre los Pech de tierra firme. Además, Stone y Epstein sugieren que los artefactos encontrados en las Islas de la Bahía son similares a los encontrados en territorio Pech en tierra firme. Parece ser que las Islas de la Bahía estaban habitadas por los Pech y por comerciantes Mayas, cuya presencia allí ya ha sido señalada.


Los indígenas Pech también han sido llamados payas, poyers y pahayas, denominaciones que son rechazadas por los miembros de esta etnia, por hacer alusión a bárbaro, salvaje, incivilizado (así eran nombrados por los conquistadores españoles). Ellos se autodenominan "Pech" que significa "Gente", término que es usado para referirse solamente a ellos; para el resto de la población utilizan los términos pech-akuá (la otra gente) o bulá que quiere decir ladino. Lehmann y Greenberg consideran que la lengua pech deviene del Chibcha, aunque algunos otros lingüistas la consideran como una legua aislada.

En la actualidad la mayoría de la población pech se ha mezclado en cierto grado con los misquitos y como resultado, están enfrentando la pérdida de su lengua y cambios significativos en su organización social.


Durante el siglo XVI la región habitada por los pech formaba parte de la provincia de Varaguas o de Cartago, que se extendió desde Panamá hasta el cabo Gracias a Dios. Posteriormente, La Mosquitia. fue constituida como parte de la provincia de Tegucigalpa. Según estudios realizados, los conquistadores tardaron mucho tiempo en penetrar el área pech. La primera expedición se llevó a cabo en 1564 pero, debido a la fuerte oposición de los indígenas, se llegó a la conclusión de que solo mediante la religión se podría conquistar la zona.

A mediados del siglo XVIII piratas ingleses, franceses y holandeses se establecieron en la Mosquitia hondureña y se aliaron con los misquitos que vivían en la región. Los piratas establecieron buenas relaciones con los misquitos y les proporcionaban armas de fuego, con éstas obligaron a otros grupos indígenas, entre ellos los pech a replegarse al interior del territorio selvático. Fue así como los pech fueron desalojados de la costa y se ubicaron cerca del río Patuca, Sicre Twas, río Plátano, Paulaya y Sico, en tanto que los misquitos extendieron sus dominios por toda la costa hasta el cabo Camarón. Los datos históricos señalan que a lo largo de todo el siglo XVIII, los misquitos cometieron muchas atrocidades contra los pech, con el fin de capturarlos y venderlos como esclavos a los comerciantes ingleses. Esto provocó que la población pech se redujera en poco tiempo.

Hasta los siglos XVIII, los pech vivían en el corazón de la zona selvática de Agalta, su actividad productiva fundamental era la cacería y la pesca, con una incipiente agricultura basada, principalmente, en el cultivo de tubérculos como la Yuca dulce y, eventualmente el del maíz. Los pech se caracterizaban por ser nómadas.


La historia mítica del pech habla que este pueblo es hijo del rayo y que los rayos, en épocas anteriores fueron pech que vivieron sobre la tierra y que lucharon por exterminar a los gigantes caníbales representados por Takascró, jefe de esta raza, pero antes se batieron contra sus guerreros, los Chaca-Chacay, que eran enormes lagartijas. En sus relatos muestran indicios de una cosmovisión ancestral que aún se conserva viva; un héroe cultural contribuye a desarrollar su civilización, mediante el aporte de los bienes culturales: el maíz, la agricultura y la medicina. Girard sugiere que había un gran centro religioso sobre el río Plátano, donde petroglifos pech han sido encontrados.

De acuerdo a los relatos de ancianos: "Por cuatro siglos, los pech vagaron errantes por la selva de Agalta, buscando escondrijos, para no ser encontrados por los colonizadores y los zambos, quienes los perseguían para venderlos como esclavos en las Antillas". La ventaja de ser un pueblo nómada y su estrategia de supervivencia étnica-cultural, les permitió sobrevivir y mantener viva su cosmogonía, su religiosidad, su organización social y su tradición alimenticia.

Aunque en su mayoría se consideran católicos, aún se observan rasgos de su antigua religión. La pérdida de la cultura pech se inicia a partir de la época colonial y se incrementó a partir de los años 60's del pasado siglo, periodo en el cual se da una mayor articulación de la sociedad nacional hacia el grupo indígena. 

OTRA VERSION DE LA HISTORIA DE LOS PECHs

LOS PECH DE LAS MARÍAS:

 

Su historia y leyenda:
(Historia Pech segun relatos de
Don Divio residente de Las Marías,
Septiembre 1999)

Hace unos 500 años llegaron a la Mosquitia al área del Rió Plátano unos seis mil colonos provenientes segun nos han dicho de lugares de lo que hoy conocemos como Sur América, la primera colonia fue fundada en un lugar que nosotros llamamos Chilmeca, fundación localizada cerca de "CASA BLANCA", nuestros mayores nos relatan que ellos nacieron y crecieron en una ciudad labrada en piedras blancas y que por eso le llamaban casa blanca, de boca en boca por cienes de años se a creado esta historia de "LA CIUDAD BLANCA", la cual ha sido buscada por científicos usando toda clase de adelantos científicos pero no han podido encontrarla hasta esta fecha (9-15-2006)

Segun cuentos de los ancianos que habitaban casa Blanca, esta fue construida por los Dioses, que transformaron gigantes piedras en diversas figuras, anímales salvajes y gigantes artefactos de procesar granos (piedras de moler), al preguntárseles a estos ancianos que, que fue lo paso con esta ciudad, que porque no se pueden encontrar sus ruinas y el lugar de su asentamiento, ellos dicen que la causa de todo se inicio cuando un indio Tawaka abandono esta ciudad por haber sido discriminado por la comunidad que allí vivia, él conjuro un "maleficio" contra la ciudad y sus habitantes, poco tiempo despues empezó a suceder toda clase de calamidades, plagas y toda clase de catástrofes, el pueblo (los Pech) entendieron de que ya no podían seguir viviendo allí y que tenían que emigrar a otro lado y es lo ultimo que ellos han escuchado por medio de los relatos hablados de sus antepasados de esa ciudad


Buscaron un mejor lugar donde la caza, pesca y lugares para sembrar fueran abundantes y asi se dirigieron rió abajo a un lugar que fundaron y le llaman "Sakorska Uya" que en pech quiere decir "Piedras grandes con escrituras", que es un lugar con bastantes piedras labradas (Esculturas) que queda rió arriba de Las Marías, continua diciendo que ellos vivieron allí por algún tiempo, donde todavía se puede apreciar las concentraciones de plantas frutales que ellos sembraron cundo Vivian allí, de aquí (Sakorska Uya) la mas antigua colonia Pech conocida en Rió Plátano se mudaron rió abajo fundando la comunidad hoy conocida como "Buena Vista", eso hace unos 70 a 80 años, es aquí donde la nueva generación de Peches como Don Divio hermanos y hermanas nacieron, el porque ellos abandonaron Sakorska Uya es un misterio que nadie pudo explicar, pero si nos cuentas que de Buena Vista ellos se mudaron una vez mas rió abajo, fundando un nuevo pueblo que nombraron Quiaquimina que traducida al español quiere decir "patas de guatusa", pero despues de unos cuantos años regresaron a Buena Vista cuando fueron asaltados por los Misquitos, mudándose y fundando eventualmente hace unos 40 años al pueblo en el que hoy viven y que le llaman Las Marías

(Nota: Hay que tomar en cuenta que esta gente no tiene calendarios y las fechas de estos relatos son un poco confusos y todo es calculado segun los relatos de los ancianos y sus recuerdos que ellos han experimentado desde niños)

Las Marías es un pueblo relativamente joven, solo tiene a lo máximo unos 30/40 años y coincide con la época cuando la cultura de estos pueblos fue invadida por influencias exteriores, ya que hasta esos tiempos culturas como los Misquitos y Garifunas Vivian exclisuvamente en la costa, a la Oria del mar, pero fuertes y continuos huracanes forzaron a estos aventurarse rió arriba hasta Quiaquimina donde Vivian los Pech, saqueando alimentos y asaltando a estos, haciéndolos regresar al pueblo que habian abandonado (Buena Vista) donde estuvieron por espacio de 3 a 4 años, emigrando otra vez rió abajo fundando esta vez el pueblo donde actualmente viven, Las Marías, poco despues gentes del pueblo misquito han estado mudándose a Las Marías donde las tierras, caza y pesca son mejor, ellos se han mezclado con los Pech y ahora la cultura y lenguaje misquito es la predominante en Las Marías

Escuchando con sumo interes a don Divio mientras ellos nos relatan la histeria de su gente, se ve que no tienen ninguna prueba física de la existencia de La Ciudad Blanca, todo se reduce a las historias que ellos han oído de generación a generación y se puede experimentar al escuchar cuando la hermana de don Divio (Dona) muchas veces lo corrige con algún dato o parte de una historia que ella lo sabe de diferente manera, pero siempre estando de acuerdo en el aspecto general y el enfoque de la historia de Casa Blanca, lo que nos hace estar seguros de que los antepasados de esta familia, vivió en Casa Blanca y que si existió La Ciudad Blanca y que sus ruinas tienen que estar enteradas por allí en alguna parte, claro, esto puede extenderse a mas generaciones que los abuelos o tatarabuelos de Don Divio y su familia, ya que estos puede haber sido simplemente testigos de las historias de sus abuelos y tatarabuelos tambien, diciéndoles que los suyos vivieron allí y asi sucesivamente, talvez trayendo esta historia del lugar de origen de donde ellos provienen

 

 

CHORTIS

Los Chortís ...por su filiación etnolingüística son descendientes directos de los Mayas, responsables de la cultura de Copán, Quiriguá y demás ciudades australes del viejo imperio.

Los científicos comparten la idea de que los Chortís son de la familia maya y de la rama lingüística chol. Culturalmente y lingüísticamente, los Chortís están emparentados con los chontales de Tabasco y con los choles de Chiapas (México). Los Choles y los Chortís ya se habían separado antes de la conquista española; los primeros se dirigieron hacia el noroeste y los segundos permanecieron en la región original.

Según fuentes antropológicas e históricas, los Chortís son el resultado de la fusión de diferentes pueblos. Los pipiles fueron uno de estos pueblos que influyeron decisivamente en la región pues, por la introducción del mercado, minaron toda la antigua estructura de circulación de bienes reglamentada por costumbres ligadas al parentesco. El signo de esta convivencia entre pipiles y chortís continuó por muchos siglos, al cabo de los cuales estos pueblos fueron absorbidos por la cultura Maya. El aparecimiento del dialecto chortí dentro del idioma chol, fue el resultado del encuentro con otros pueblos.

No se sabe a ciencia cierta si fueron los Chortís quienes edificaron Copán el hecho históricamente cierto y, al mismo tiempo, incuestionable es que, en la época de la conquista castellana (1530) los Chortís habitaban Copán y comarcas circunvalantes y que su Ajav o Rey se opuso tenazmente a las fuerzas expedicionarias que comandaban Hernando de Chávez y Pedro Amalín.

Los estudios recientes reflejan que Copán, como centro cultural fue el asiento de la civilización del antiguo imperio Maya. Los Chortís muy bien pueden ser descendientes directos de la población que habitaba Copán antes de la conquista y su lengua puede ser, en lo fundamental, la misma que se hablaba en el antiguo Copán.

La disminución progresiva de la población Chortí comenzó, al igual que otros pueblos indígenas del país, en el siglo XVI, con el inicio de la colonización, ya que el sistema español de repartimiento y encomiendas afectó seriamente a las poblaciones indígenas. Los malos tratos y los vejámenes cometidos contra los indios por parte de los encomendadores y corregidores, más las enfermedades adquiridas en los trabajos de añil y las epidemias de viruela y sarampión, provocaron considerables estragos en las comunidades indígenas.

En Guatemala, los Chortí en su mayoría son bilingües, chortí-español, a excepción de algunas mujeres ancianas que solo hablan chortí. En Honduras los chortís se ubican principalmente en el departamento de Copán; la lengua se ha perdido y han adoptado en un 100% la lengua española. Según datos extraoficiales la población chortí de Guatemala, donde se ubica el centro cultural de este grupo, se estima actualmente en unos 55000 individuos. En el lado hondureño, además de la lengua, han perdido también el traje tradicional y gran parte de su cultura; todo lo contrario a los chortís guatemaltecos que lo lucen a diario y han logrado preservar mucho de su cultura ancestral. Sobre la base de esto nombraremos a los chortís hondureños: campesinos de tradición chortí. En Honduras su población se aproxima a los 4200 habitantes localizados principalmente en el departamento de Copán.

 

El Aspecto Religioso

Entre los campesinos de tradición chortí, las ideas religiosas no son necesariamente un reflejo fiel del pasado indígena. Al momento de la conquista, los españoles exterminaron sistemáticamente a los representantes de la clase sacerdotal, quienes se llevaron a la tumba innumerables secretos y un conocimiento profundo de su antigua religión. Los que sobrevivieron, son los que mezclaron sus antiguas creencias religiosas con elementos de la religión católica.

Debemos considerar que la religión chortí precolombina y la religión católica tienen afinidades. Ambas conocen el bautismo, la confesión, el peregrinaje, el uso del incienso y la idea del sacrificio. Los campesinos de tradición chortí reúnen en una misma devoción a la diosa de la tierra y a la virgen María. Si bien se muestran reacios al matrimonio, tal como lo concibe el catolicismo, no se oponen en cambio al bautizo de sus hijos, según el rito cristiano. Dicho sacramento permite que un ser - que no es nada al nacer, se transforme de pronto en una persona. Este sentimiento es reforzado por el uso, durante la ceremonia, de agua, aceite y sal, elementos que ellos relacionan con las ofrendas que hacen honor a sus divinidades.

Cada comunidad tiene un santo patrono a quien rinden culto y que generalmente es guardado celosamente en la iglesia de la comunidad o custodiada por particulares devotos o cofradías. El origen de algunos santos permanece un tanto oscuro, lo que aumenta su poder. El santo patrono de una comunidad esta directamente asociado con los ritos agrarios. El Chaac, la lluvia y Panahturo, el viento, son dirigidos por el Arcángel San Miguel, quien determina el clima y la frecuencia de las precipitaciones. La virgen María, quien es también la guardiana del maíz, ayuda a los dioses cuando vierten el agua de sus calabazas, la cual cae en forma de lluvia sobre la tierra.

El dios del sueño es masculino para los hombres y femenino para las mujeres. Acompaña con frecuencia al dios de la muerte. El deseo de dormir en pleno día es funesto, pues significa que el dios de los sueños esta tratando de hundir a su víctima en su sueño que puede ser fatal. El mismo deseo no representa ningún peligro cuando se presenta de noche. El dios de la muerte, que es a la vez masculino y femenino, tiene la apariencia de un esqueleto envuelto en un lienzo blanco. Esta armado con un bastón largo, con un cuchillo de hueso en la punta. Invisible para todos los demás se presenta bajo esta forma siniestra ante los ojos del que va a morir. Los espíritus de los muertos a veces atacan a los vivos, por este motivo hay que ofrecerles, simbólicamente de beber y de comer (ayote en miel, que en lengua chortí es - tzinkin; comida de los muertos) especialmente el 2 de noviembre, día de los difuntos.


La cruz del pueblo es una estación de oraciones, ante la cual se detienen para cumplir ciertos ritos. La cruz puede ayudar a un enfermo a recobrar su salud; por eso es tan importante la fiesta del 3 de mayo (día de la cruz), durante la cual las cruces de la región son adornadas con flores, frutas y mazorcas del maíz. El cementerio alberga no solo cadáveres y objetos rituales, sino también espíritus malignos. Es el refugio natural del dios de la muerte. Los sacrificios humanos fueron suprimidos, pero los campesinos de tradición chortí todavía presentan ofrendas a sus dioses. Se ofrece plantas como maíz y calabazas, en pago a los espíritus protectores de la comunidad. Se quema copal para destruir las impurezas del alma y del cuerpo.

Durante una celebración religiosa se come carne de pollo y jolote (pavo); se vierte la sangre de esos animales sobre el altar o se lanza hacia los 4 puntos cardinales. Los ancianos afirman que sus abuelos contaban que la serpiente y la rana estaban asociadas con la lluvia, por consiguiente, con la fecundidad. También que en sus prácticas los brujos evocaban a la lechuza y al buitre.

Le Lengua

Según las fuentes científicas, el pueblo chortí es uno de los más antiguos, dentro de la familia Maya-Quiché, lo que confirma el arcaísmo de su idioma. El chortí, en Honduras se considera una lengua muerta; los únicos lugares en donde se puede estudiar es en los pueblos guatemaltecos de Jocotán y Camotán, donde se manifiesta el idioma chortí en su expresión más pura, aunque ya han adoptado un amplio vocabulario en español. En Honduras aun se pueden encontrar algunos vestigios de esta lengua en las comunidades de El Paraíso, Carrizalón y Ostumán. La lengua nativa es el "tcor ti" (en español chortí). El español es actualmente la lengua comercial por excelencia, ya que la emplean en los mercados para negociar con los ladinos e inclusive hasta entre ellos mismos durante la compraventa. En el caso concreto de Honduras, en todas las comunidades visitadas sólo se encontraron algunas ancianas que manifestaron hablar chortí, por lo que podemos concluir que la lengua chortí, en Honduras, ha muerto y que lo que subsiste es el recuerdo de una lengua viva hasta hace algunas décadas. Algunos ancianos manifiestan interés por la revitalización socio-cultural, partiendo de que, no todo esta perdido si al otro lado de la frontera nuestros hermanos aun conservan viva su cultura, que es también la nuestra.

Productiva y Alimentación

El maíz y los frijoles son los únicos alimentos considerados absolutamente indispensables y probablemente, tenga mayor importancia que los restantes cultivos domésticos juntos. Tanto para los chortís de Guatemala como para los de Honduras, las tortillas de maíz y los frijoles simbolizan el alimento y sus nombres ancestrales (entre los chortís de Guatemala) significan comida. La caña de azúcar parece ser casi tan importante como el maíz, pues muchas familias locales destinan una tercera parte o la mitad de sus tierras a su cultivo.


La importancia de animales domésticos es mucho menor. Si se excluye a las gallinas y jolotes (pavos), su uso y cuidado parece ser una actividad ocasional, que requiere escasa atención y planificación; los animales de carne comestible están considerados como una fuente de alimentación secundaria. Son pocos los que comen carne o subproductos animales, pues en su mayoría suelen venderlos a los ladinos y de esta manera agenciarse un poco de dinero para cubrir otras necesidades básicas.

LENCAS


Existe polémica sobre la descendencia y origen de los Lencas. Sin embargo, de acuerdo a Barón Castro, los Lencas son los restos directos de los Mayas que no siguieron el éxodo que dio fin al antiguo imperio Maya. A la llegada de los españoles, su población se encontraba ubicada en la parte que hoy comprenden las repúblicas de El salvador y Honduras.





La Lengua

Esta se extinguió en las últimas décadas del siglo antepasado y las primeras del siglo pasado. Pueden encontrarse aún algunos ancianos que recuerdan palabras lencas que oyeron de sus padres o abuelos, pero el idioma vivo ha dejado de existir. Aunque existe la posibilidad de que algunos ancianos hablen la lengua, muestran gran celo para revelarlo. La población en general ya no muestra ni evidencias de la posibilidad de rescatar una lengua estructurada.

Religión

Para los lencas, la religión es el cuerpo totalizador de su cultura. Profesan el catolicismo como lo hace la gran mayoría de la población del país, no obstante, de una forma muy propia: ellos la reconocen como "la religión antigua" y la diferencian conscientemente de la ortodoxia católica. De la religión antigua han perdurado prácticas y concepciones que justifican esta diferencia. La religión antigua, altamente conservadora posee profundas alteraciones de los proyectos católicos. (Por ejemplo: asocian a Cristo y la virgen María como el padre y la madre formadores). Esta inclusión de elementos autóctonos es lo que la caracteriza.

Practican sacrificios de animales o "composturas", como ellos los llaman, para agradecer o pedir perdón a los ángeles y a los santos; guardan con celo en su memoria pasajes de la "historia divina" que no aparecen en la Biblia, de cómo Dios formó las nubes, el maíz y el mundo.

Los lencas representan en la actualidad una población indígena que tiende a desaparecer, producto de la constante latinización, la perdida de su lengua y con ello, el desaparecimiento de gran parte de sus rasgos culturales.

La población lenca se localiza en los departamentos de La Paz, Intibucá y Lempira. También se encuentran en número reducido en los departamentos de Santa Bárbara, Comayagua, Francisco Morazán y Valle. Los lencas viven en más o menos 100 comunidades constituidas por aldeas, caseríos y pueblos.

La mayoría de las comunidades lencas se encuentran ubicadas en las zonas más altas de Honduras, a 1,650 metros sobre el nivel del mar, en tierras improductivas, donde el clima es templado durante casi todo el año. Se estima la población lenca de Honduras en unos 100,000 habitantes.

Según la antropóloga e historiadora Anne Chapman, a la llegada de los españoles, los lencas estaban distribuidos en distintos grupos, constituyendo una considerable población: Care, Cerquín, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aisladas por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia común. Siguiendo el estudio de Chapman, geográficamente los lencas se distribuían de la siguiente manera:

Care: Intibucá, La Paz, norte de Lempira y sur de Santa Bárbara

Cerquín: centro y sur de Lempira y sur de Intibucá.

Potón: El Salvador, al oeste del río Lempa.

Lenca: departamento de Comayagua, oriente de La Paz, centro y sur de Francisco Morazán, incluyendo probablemente la capital de Honduras (Tegucigalpa). Los lencas estaban también en el valle de oriente donde colindaban con los otones de El Salvador.


A cada grupo correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados, existía una casta sacerdotal y una de nobles de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos; pero ente los que hablaban la misma lengua, o sea, los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.

De acuerdo a datos históricos, antes de la llegada de los españoles, los lencas y los demás grupos indígenas que habitaban la región estaban gestando su propio proceso histórico. Los relatos acerca de las "Cuentas guerras", dejados por los cronistas coloniales, dan fe de una efervescencia política que tendía hacia la unificación de las provincias y hacia la consolidación de poderes hegemónicos. Las relaciones de producción comunal primitivas.

Dos características socioeconómicas básicas inducen a Chapman a definir como mesoamericanos a los lencas: a) La estratificación de la sociedad en nobles, vasallos y esclavos b) La agricultura de cultivo de especies que se reproducen por semilla.

La Conquista y Colonización española de Honduras consistió en un proceso de destrucción violenta de la organización económicosocial de los pueblos indígenas. en el caso concreto de los lencas, de acuerdo a los cronistas, la conquista no fue fácil, pues resistieron por más de veinte años.


La acción de resistencia más importante fue la conocida como: La rebelión de los lencas, encabezada por el cacique Lempira en el año de 1537. Lempira, que significa "Señor de la Sierra", forjó la unidad de todo el pueblo lenca (cares, cerquines, potones y lencas propiamente dichos) alrededor de una confederación de tribus organizadas para luchar contra los conquistadores. Lempira fue nombrado jefe de la resistencia, y con un ejército que fue integrado por cerca de dos mil combatientes, inició la lucha que, según fuentes históricas, se prolongó por más de seis meses.

Los lencas dieron batalla en el área que hoy comprende el río Cucuyagua y el río Ulúa. La fuerza indígena se centró en los peñones de Congolón, Coyucutena, Piedra Parada, Cerro del Broquel y Cerquín, en el actual departamento de Lempira. Cerquín, según las evidencias históricas, se constituyó en el centro de operaciones de la resistencia lenca. Los cronistas españoles señalan que "toda la tierra se había alzado y rebelado al tiempo que se alzó el dicho peñol".

Los lencas representan en la actualidad una población indígena que tiende a desaparecer, producto de la constante ladinización, la pérdida de su lengua y, con ello, y la pérdida de gran parte de sus rasgos culturales.

DELIMITACIÓN GEOGRÁFICA Y POBLACIONAL RELIGIOSO-CULTURAL

No toda la región que históricamente fue ocupada por los lencas es hoy propiamente lenca.
Se ha delimitado buena parte de la población lenca en los siguientes poblados y sus respectivas aldeas y caseríos:

Departamento de Lempira: La Iguala (con 14 aldeas y 56 caseríos); Belén (con 2 aldeas y 76 caseríos); La Campa (con 7 aldeas y 69 caseríos); San Manuel Colohete (con 8 aldeas y 89 caseríos); Santa Cruz (con 5 aldeas y 53 caseríos); Erandique (con 14 aldeas y 120 caseríos); San Andrés (con 7 aldeas y 121 caseríos); y Gualcince (con 11 aldeas y 73 caseríos).

Departamento de Intibucá: Yamaranguila (con 22 aldeas y 62 caseríos); las aldeas de Azacualpa y Chiligatoro, Togopala, Quebrada Honda, Monquecagua, Manazapa, Río Grande, Malguara y Ologos; San Marcos de la Sierra (con 3 aldeas y 38 caseríos); y las aldeas de San Nicolás y Río Blanco en el norte del departamento.

Departamento de La Paz: Marcala (principalmente en 2 aldeas y 55 caseríos); Yarula (con 3 aldeas y 31 caseríos); Santa Elena (con 5 aldeas y 82 caseríos); Chinacla (5 aldeas y 24 caseríos); Guajiquiro (con 13 aldeas y 111 caseríos) y Opatoro (con 2 aldeas y 23 caseríos).

Pese a que, tradicionalmente, se ha sostenido que sólo estos tres departamentos son de población lenca, también existen poblaciones en los departamentos de Santa Bárbara, Comayagua, Francisco Morazán y Valle.

EL UNIVERSO RELIGIOSO DE LOS LENCAS

El Universo religioso de los campesinos de tradición lenca es el fruto del traslape-asimilación del catolicismo español colonial y las creencias prehispánicas. Los rasgos básicos del universo religioso mesoamericano, lo que confirma la tesis de la filiación mesoamericana de los lencas, cuyos rasgos básicos característicos son:
                  

                   a. Visión animista de la realidad.

b. Estructuración jerárquica de las entidades espirituales.

c. Realización de oraciones complejas, de ritos de ofrenda, pago, enmienda, etc.

d. Nahualismo.

e. Shamanismo muy reducido.

Para los lencas, la religión es el cuerpo totalizador de su cultura.

El culto, de las Varas o "Majestades" son el símbolo fundamental de su unidad. Las personas que poseen cargos, constituyen el cuerpo de autoridad que se extiende a todo el municipio. Dicha autoridad es política y cultural, por lo que la vida de la comunidad descansa en estos cargos; los responsables organizan las fiestas religiosas (celebración del Guancasco, la compostura del maíz común, colectas de limosnas), velan por los títulos de tierras y, en general, por la vigencia y el respeto de la tradición.

El Guancasco representó una fiesta de encuentro entre dos pueblos dispuestos a realizar un pacto de paz. Ahora es el encuentro de dos pueblos, uno recibe al otro en el marco de la fiestas patronal. Llegado el día de la visita, salen las autoridades religiosas caminando y llevando a cuestas la imagen de su Santo Patrón, acompañados con músicos que tocan el tambos y la flauta, quienes también llevan una bandera. Uno de los músicos marcha disfrazado con una máscara de madera llamada grancejo. Avanzan ejecutando música y el pueblo huésped recibe a los invitados. Al llegar al pueblo. se dirigen a la iglesia, donde saludan a la imagen festejada y luego los invitados ubican su propia imagen que, permanece en el local durante los días de festejo.

ELEMENTOS DEL UNIVERSO MÍTICO DE LOS LENCAS

En los siguientes relatos se pueden apreciar directa o indirectamente. Los elementos constitutivos de su cosmovisión.
Origen de plantas y animales:

El cacalote como descubridor del maíz. Cacalote es un ave parecida al zopilote. Tiene la costumbre de sustraer mazorcas de maíz de los bultos cuando se está cosechando y se las lleva para las cuevas, cuando el maíz escasea, las saca para comer.

El cusuco y el tacuacín. Como descubridores de las nubes. El cusuco y el tacuacín, cuando estaban escarbando, se encontraron por casualidad con las nubes encerradas en unas tinajas de barro y, cuando las quebraron, liberaron a los nubes y se apropiaron de ellas, pero, al darse cuenta los ángeles de este acontecimiento, los capturaron y se las quitaron.

Los ángeles. Los ángeles constituyen un complejo de divinidades, que tienen asignadas diferentes funciones, como son: traer la lluvia, los vientos, la fertilidad de la tierra, los males etc. Manifiestan su presencia a los humanos a través de rayos (ángeles); cuando caen sobre algún árbol, los habientes próximos a propietarios del predio deben practicar una ceremonia de compostura con el fin de reconciliar las relaciones con estos seres sobrenaturales.

Los ritos y los relatos con implicaciones míticas relacionadas con ángeles condicionan la vida concreta y la vida espiritual de los indígenas lencas más tradicionales y conservadores de su cultura, aún participando activamente en los movimientos evangelizadores oficiales, sobre todo, los promovidos por la Iglesia Católica. El sentido y función de estos elementos sobrenaturales son mejor comprendidos por ellos y, además, están estrechamente ligados a su vida cotidiana concreta. Estos seres sobrenaturales son capaces de provocar verdaderas catástrofes personales, familiares y comunitarias, por lo que para aplacar su ira es necesario realizar complejos rituales en su honor.



Las chalchiguas. Estas son unas piedras verdes, talladas (jadeitas), que producían suerte. Los indios las guardaban en unas calabazas, pero cuando vinieron los españoles la gente comenzó a creer en Santiago (se hicieron católicos) y las chalchiguas dejaron de producir suerte. Viendo esto, los indígenas las enterraron bien profundo y van a salir hasta que la gente deje de creer en Santiago (dejen el catolicismo).

Los naguales o espíritus protectores constituyen un complejo de relaciones establecidas entre el hombre y los animales protectores. Cada individuo nace con un nagual predestinado y su vida está íntimamente relacionada con la del animal que es su nagual. Sus ciclos de vida y muerte están concatenados de tal manera que, si sucede algo al nagual, los efectos también se hacen sentir en la persona cuyo nagual ha sido afectado por alguna enfermedad, herido o golpeado. Para el caso, cuando una persona está enferma se dice que su nagual está débil.

El nagual se puede conocer a través de diferentes acontecimientos, como características o síntomas en las personas que identifiquen semejanzas con algún animal.




***La alfarería lenca hondureña es admirada en el exterior por sus múltiples estilos y colores.

 Los lencas son la etnia indígena más grande de Honduras, se estima que existen alrededor de 100 mil diseminados en los departamentos de Intibucá, Lempira, La Paz y Valle, que a pesar que su lengua desapareció y hoy hablan el español, aún conservan sus costumbres y su cultura.

Entre sus ritos está el Guancasco y Las Composturas, el primero en conservación de la solidaridad y el segundo, un culto agrario que incluye rezos y ofrendas a los santos ancestrales (católicos).

Sus costumbres también continúan vivas , tal es la forma de cultivar y su alfarería, como un don del "Dueño del Barro".
La mujer lenca, es la que más se dedica a la alfarería, desde la época prehispánica destacan por su variada tradición artesanal y una encantadora producción alfarera con tintes mesoamericanos.

Previo a realizar sus variadas formas estas mujeres de manos prodigiosas piden permiso al “Dueño del Barro” con ofrendas florales y grandes consideraciones.

Las artistas moldean los cántaros, comales, la olla tamalera que usan en sus hogares y a la vez para contribuir en la economía familiar , también hacen vasijas ornamentales que comercializan.

La fabricación se hace con pastillaje, por incisión, pintado, chorreado y al negativo, asi dan armonía y belleza a los moldes convexos y vaciados.
Para dar color a los cacharros, usan tintes naturales vegetales que hacen estos moldeados aún más interesantes yposteriormente hornean al aire libre o en hornos de leña.

Los centros alfareros lencas están en La Campa, San Manuel de Colohete, San Lucas, Camasca, Cofradía, Yamaranguila, San José de Guajiquiro y Yarumela también en La Paz , El Porvenir, Comayagua , La Arada, Paso Hondo y El Carreto en Goascoran, Valle.

En cada región tienen una manera especial de adornar la arcilla y uso de colores.

“No todo es sobre ruedas” manifiesta Foletti quien agregó que "siempre enfrentamos un sinnúmero de problemas que poco a poco tratamos de solventar”.

Aunque la exportación aún no es masiva, cuatro contenedores al año, de los cuales el 85 por ciento va hacia el mercado norteamericano y el 15 por ciento al europeo, es optimista que cuando entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos quizás sus exportaciones que ahora alcanzan 70 mil dólares. Asimismo, confía que el Programa Nacional de Competitividad (PNC) le apoye con algunas iniciativas, búsqueda de mercados, capacitación para los artesanos y asistencia a Ferias y Exposiciones, todo con el propósito de generar mas empleo, trabajo e ingreso .

Foletti, manifiesta que lo admirable de esta Alfareria es que es 100 por ciento –“laborata a mano” - por las indígenas cuyo legendario gusto estético parece estar arraigado en sus habilidosas manos.

M I S Q U I T O S


Los misquitos o zambos (Mezcla de negro e indio) viven en unas 84 comunidades rurales, localiadas en el departamento de Gracias a Dios, zona de La Mosquitia. Su población supera los cuarenta mil habitantes.

Los misquitos han vivido de manera permanente de las actividades de la pesca y en el pasado reciente han incursionado con éxito en las labores de buceo.



HICAQUES O TULIPANES


Durante el siglo XVI, el término Jicaque (a veces escrito Xicaque o Hicaque) parece haber sido utilizado por los mexicanos para designar a los habitantes originales no-mexicanos de Honduras, luego fue aplicado más ampliamente a cualquier grupo no-converso u hostil de la zona hacia el sur, hasta Nicaragua y Costa Rica. A pesar de la confusión en el uso de los términos Xicaque y Jicaque, Greenberg y Swadesh han identificado el Jicaque como una lengua distinta perteneciente al tronco lingüístico Hokan-Sioux. El término Jicaque o Xicaque, como en la actualidad se determina este grupo, tiene también denominaciones como la de "tol", tolupán, torrupán. Actualmente en Honduras se usa el termino tolupán, para definir a este grupo étnico.
Si retrocedemos en el tiempo, encontramos que este grupo tenía como frontera el Valle de Sula. Evidencias lingüísticas del siglo XVI, muestran que el Valle de Sula era punto de reunión entre los mayas y tolupanes, cuya cultura era menos compleja que la de los mesoamericanos (los mayas) y típico de los pueblos centroamericanos (todos los que no eran mayas).

La ubicación de los tolupanes en el inicio de la colonización española esta sujeta a discusión. Los cálculos más conservadores los ubican desde la desembocadura del río Ulúa hasta las inmediaciones de Trujillo, haciendo de frontera hacia el interior del país (aproximadamente) lo que hoy son los limites norteños de los departamentos de Comayagua, Francisco Morazán y Olancho. Por los rasgos históricos y etnográficos disponibles, se deduce que los tolupanes durante la época prehispánica, constituían un grupo cazador-recolector que se dispersaba por una amplia región y que su re-plegamiento hacia las zonas más abruptas del interior de la plataforma del caribe de Honduras se debe a la captura y explotación de que fueron objeto por parte de los conquistadores.

Mientras culturalmente, los tolupanes se parecían a los sumos, payas y misquitos, diferían de ellos lingüísticamente... Chapman, citando al lingüista Bright, asegura que representan uno de los mayores enclaves sureños del tronco Hokan. Los antropólogos y lingüistas que han estudiado la lengua, torrupán, entre ellos la antropóloga Chapman, le calculan 5000 años de antigüedad. Ellos relacionan la lengua tolupán (torrupán) con la familia norteamericana Hokon-Sioux. Sin embargo, la discusión sobre el origen de esta lengua no parece estar cerrada. Por otra parte, se han entablado polémicas sobre el origen de los tolupanes y, tomando en consideración sus rasgos lingüísticos, los sitúan emparentados con la familia Chibcha-Penutia, de origen sudamericano; o simplemente afirman que se trata de una lengua independiente y aislada. De lo que no cabe duda, a partir del dato lingüístico, es que nos encontramos con un grupo indígena antiguo, muy anterior a la civilización maya que supo, en medio de las transformaciones culturales del entorno mantener cierta identidad hasta épocas recientes.

En medio de todo este panorama histórico etnográfico, lo que podemos decir es que los tolupanes padecieron de un modo especial las primeras etapas de la conquista españoles caracterizada en Honduras por un fuerte tráfico de esclavos hacia las islas mayores del caribe y por el trabajo forzado. La persecución que se desató contra ellos durante la colonización los obligó a refugiarse en las selvas y montañas de la región centro-norte del país, manteniéndose dispersos y alejados del resto de la sociedad, lo que hizo que los tolupanes se convirtieran en casi nómadas y no lograran desarrollar una arquitectura propia. A través del tiempo han tenido que adaptarse a lo que las circunstancias les han presentado. Originalmente vivieron a la orilla del mar, a la orilla de ríos, luego huyeron tierra adentro y, por último, emigraron a las montañas.


Población actual y localización


Los tolupanes están constituidos en 28 tribus distribuidas en seis municipios del departamento de Yoro, más dos tribus emigradas el siglo antepasado a la Montaña de la Flor, municipio de Orica, Francisco Morazán.

Por la ubicación de las tribus en territorios de difícil acceso, en algunos casos, es imposible precisar la información. En un principio se conocían 21 tribus pero, a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, la FETRIXY (Federación de Tribus Xicaques de Yoro) comenzó a realizar un reconocimiento en la zona, ya que se constato la existencia de un buen número de pequeños grupos tribales que se separaron de las tribus reconocidas, por distintas razones, y formaron grupos aislados en las montañas. Por el contacto con los españoles y por el continuo contacto con los ladinos, los tolupanes han perdido aceleradamente muchos valores y costumbres ancestrales, proceso que ha afectado, especialmente, su lengua materna (el tol). 



En el departamento de Yoro se localizan las tribus de: Plan Grande, Anisillos, Matadero, Santa Marta, Subirana, El Tablón, El Pate, El Palmar, Lagunitas, La Pintada, Luquigüe, Mina Honda, San Esteban, Candelaria, Las Vegas, Agua Caliente, Zapotal, San Francisco de Locomapa, El Siriano, Jimía, La Bolsita, Guajiniquil, Santa Rosita y Placencia; tres tribus en la Montaña de La Flor y una en el municipio de Marale, Departamento Francisco Morazán.

La población tolupán la establecemos aproximadamente, en unos 19300 individuos, de los que sólo los que habitan en la Montaña de La Flor conservan su lengua materna. Es necesario señalar que la cultura tolupán es similar a la de los tawahkas, misquitos y pech, por ser una "cultura de la selva tropical" cuyas características según A.Chapman, son: asentamientos semi-permanentes, casas multifamiliares, agricultura rudimentaria, caza (con arco, cerbatana) y pesca. Cestería, poca alfarería y calabazas. Ropa de corteza (en la actualidad, la vestimenta se ha latinizado), sociedad igualitaria gobernada por caciques (ahora regida por asambleas de ancianos y shamanes). Utilización de bebidas (chicha) en bodas y funerales. Dispersos en el interior de las montañas, los caseríos son pequeños y casi todos sus habitantes son familiares. 

Aspecto Cultural

Las manifestaciones culturales cosmogónicas han desaparecido, salvo en la tribu de la Montaña de La Flor. Hay ausencia casi absoluta de manifestaciones artísticas.

La lengua tol se encuentra en estado de supervivencia; la hablan en forma aislada sólo una porción de las personas adultas, sólo en cuatro de las tribus mencionadas se encuentran todavía personas que la hablan. En muchas otras tribus se perdió desde la generación pasada o la antepasada, encontrándose algunos ancianos que recuerdan ciertas palabras que intercambiaban con sus madres.

Dando una cifra aproximada, podríamos decir que el tol lo hablan unas 700 personas; el mayor número de hablantes está en la tribu de la Montaña de La Flor, con unas 410 personas; el resto, esta disperso, en las demás tribus, donde lo hablan solamente las personas de edad avanzada.

La mayoría de la población india no habla su lengua. Las presiones discriminatorias ejercidas por los ladinos mediante burlas, imprecaciones y recriminaciones contra los torrupanes por la forma en que hablan el español, ha hecho que los indios se preocupen más por mejorar el español, que trasmitir su lengua a las nuevas generaciones.





Aspecto religioso

Los tolupanesSi retrocedemos en el tiempo, encontramos que este grupo tenía como frontera el Valle de Sula. Evidencias lingüísticas del siglo XVI, muestran que el Valle de Sula era punto de reunión entre los mayas y tolupanes, cuya cultura era menos compleja que la de los mesoamericanos (los mayas) y típico de los pueblos centroamericanos (todos los que no eran mayas).

 

La ubicación de los tolupanes en el inicio de la colonización española esta sujeta a discusión. Los cálculos más conservadores los ubican desde la desembocadura del río Ulúa hasta las inmediaciones de Trujillo, haciendo de frontera hacia el interior del país (aproximadamente) lo que hoy son los limites norteños de los departamentos de Comayagua, Francisco Morazán y Olancho. Por los rasgos históricos y etnográficos disponibles, se deduce que los tolupanes durante la época prehispánica, constituían un grupo cazador-recolector que se dispersaba por una amplia región y que su re-plegamiento hacia las zonas más abruptas del interior de la plataforma del caribe de Honduras se debe a la captura y explotación de que fueron objeto por parte de los conquistadores.

Mientras culturalmente, los tolupanes se parecían a los sumos, payas y misquitos, diferían de ellos lingüísticamente... Chapman, citando al lingüista Bright, asegura que representan uno de los mayores enclaves sureños del tronco Hokan. Los antropólogos y lingüistas que han estudiado la lengua, torrupán, entre ellos la antropóloga Chapman, le calculan 5000 años de antigüedad. Ellos relacionan la lengua tolupán (torrupán) con la familia norteamericana Hokon-Sioux. Sin embargo, la discusión sobre el origen de esta lengua no parece estar cerrada. Por otra parte, se han entablado polémicas sobre el origen de los tolupanes y, tomando en consideración sus rasgos lingüísticos, los sitúan emparentados con la familia Chibcha-Penutia, de origen sudamericano; o simplemente afirman que se trata de una lengua independiente y aislada. De lo que no cabe duda, a partir del dato lingüístico, es que nos encontramos con un grupo indígena antiguo, muy anterior a la civilización maya que supo, en medio de las transformaciones culturales del entorno mantener cierta identidad hasta épocas recientes.

En medio de todo este panorama histórico etnográfico, lo que podemos decir es que los tolupanes padecieron de un modo especial las primeras etapas de la conquista españoles caracterizada en Honduras por un fuerte tráfico de esclavos hacia las islas mayores del caribe y por el trabajo forzado. La persecución que se desató contra ellos durante la colonización los obligó a refugiarse en las selvas y montañas de la región centro-norte del país, manteniéndose dispersos y alejados del resto de la sociedad, lo que hizo que los tolupanes se convirtieran en casi nómadas y no lograran desarrollar una arquitectura propia. A través del tiempo han tenido que adaptarse a lo que las circunstancias les han presentado. Originalmente vivieron a la orilla del mar, a la orilla de ríos, luego huyeron tierra adentro y, por último, emigraron a las montañas. 
Los tolupanes están constituidos en 28 tribus distribuidas en seis municipios del departamento de Yoro, más dos tribus emigradas el siglo antepasado a la Montaña de la Flor, municipio de Orica, Francisco Morazán.

Por la ubicación de las tribus en territorios de difícil acceso, en algunos casos, es imposible precisar la información. En un principio se conocían 21 tribus pero, a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, la FETRIXY (Federación de Tribus Xicaques de Yoro) comenzó a realizar un reconocimiento en la zona, ya que se constato la existencia de un buen número de pequeños grupos tribales que se separaron de las tribus reconocidas, por distintas razones, y formaron grupos aislados en las montañas. Por el contacto con los españoles y por el continuo contacto con los ladinos, los tolupanes han perdido aceleradamente muchos valores y costumbres ancestrales, proceso que ha afectado, especialmente, su lengua materna (el tol).

En el departamento de Yoro se localizan las tribus de: Plan Grande, Anisillos, Matadero, Santa Marta, Subirana, El Tablón, El Pate, El Palmar, Lagunitas, La Pintada, Luquigüe, Mina Honda, San Esteban, Candelaria, Las Vegas, Agua Caliente, Zapotal, San Francisco de Locomapa, El Siriano, Jimía, La Bolsita, Guajiniquil, Santa Rosita y Placencia; tres tribus en la Montaña de La Flor y una en el municipio de Marale, Departamento Francisco Morazán.

La población tolupán la establecemos aproximadamente, en unos 19300 individuos, de los que sólo los que habitan en la Montaña de La Flor conservan su lengua materna. Es necesario señalar que la cultura tolupán es similar a la de los tawahkas, misquitos y pech, por ser una "cultura de la selva tropical" cuyas características según A.Chapman, son: asentamientos semi-permanentes, casas multifamiliares, agricultura rudimentaria, caza (con arco, cerbatana) y pesca. Cestería, poca alfarería y calabazas. Ropa de corteza (en la actualidad, la vestimenta se ha latinizado), sociedad igualitaria gobernada por caciques (ahora regida por asambleas de ancianos y shamanes). Utilización de bebidas (chicha) en bodas y funerales. Dispersos en el interior de las montañas, los caseríos son pequeños y casi todos sus habitantes son familiares. 

Las manifestaciones culturales cosmogónicas han desaparecido, salvo en la tribu de la Montaña de La Flor. Hay ausencia casi absoluta de manifestaciones artísticas.

La lengua tol se encuentra en estado de supervivencia; la hablan en forma aislada sólo una porción de las personas adultas, sólo en cuatro de las tribus mencionadas se encuentran todavía personas que la hablan. En muchas otras tribus se perdió desde la generación pasada o la antepasada, encontrándose algunos ancianos que recuerdan ciertas palabras que intercambiaban con sus madres.

Dando una cifra aproximada, podríamos decir que el tol lo hablan unas 700 personas; el mayor número de hablantes está en la tribu de la Montaña de La Flor, con unas 410 personas; el resto, esta disperso, en las demás tribus, donde lo hablan solamente las personas de edad avanzada.

La mayoría de la población india no habla su lengua. Las presiones discriminatorias ejercidas por los ladinos mediante burlas, imprecaciones y recriminaciones contra los torrupanes por la forma en que hablan el español, ha hecho que los indios se preocupen más por mejorar el español, que trasmitir su lengua a las nuevas generaciones.

Las prácticas culturales, ceremonias y ritos de transición (nacimiento, adolescencia, muerte) han desaparecido. Los tolupanes de la Montaña de la Flor tienen la costumbre de velar a sus muertos en la cocina durante 24 horas, los tolupanes comen su alimento diario y beben café. No utilizan cajas para el entierro, el cadáver es envuelto en las mantas que ocupaba para dormir y así es enterrado. Sus pocas pertenencias son depositadas en la fosa. A diferencia de los ladinos, los tolupanes de la Montaña de La Flor no lloran a sus muertos durante la velación, nadie hace comentario alguno; simplemente reflexionan sobre lo que fue el difunto en vida.

La ropa que en la actualidad usan, la obtienen a través del comercio con los ladinos y solo en la Montaña de La Flor, se encuentran tolupanes que aún usan su traje tradicional llamado "balandrán". A pesar de sufrir una sustancial modificación de muchos elementos culturales y sociales, los tolupanes tienen conciencia de su pasado y paulatinamente, se integran al proceso de desarrollo nacional.

Su economía es de subsistencia, combinada con los estratos dominantes al interior de las tribus: los indios ricos y pequeños productores (economía mercantil simple). La economía tolupán vive un largo proceso de transición entre lo tradicional y lo moderno.

no son extremadamente religiosos, tal vez porque lo han olvidado por falta de practica o, simplemente, como una reacción a su situación de sometimiento durante 500 años. Además que los españoles no le dieron mucha importancia a la evangelización de estos "indios salvajes". En la actualidad prácticamente han olvidado su religión ancestral. A excepción de los tolupanes de la Montaña de La Flor donde todavía persisten muchas de las creencias ancestrales y juegan un papel importante en su cosmovisión, pero por la presencia de misioneros evangelizadores en la zona, ellos temen hablar de sus creencias.

Estructura organizativa
 
La familia no difiere aparentemente, de las familias ladinas del sector. Se encuentran sin embargo, en algunas tribus, ciertos rasgos que pueden sugerir características familiares ancestrales: la presencia durante el parte, remite a una figura paterna reforzada con aspectos ceremoniales. La tendencia a construir la casa cerca de la de los parientes más próximos recuerda sistemas de familia ampliada que, sin duda fueron mucho más evidentes en las antiguas culturas cazadoras de la época precolombina. Pese al fuerte proceso de latinización, en la actualidad los tolupanes son el grupo étnico mejor organizado dentro del contexto nacional. Están organizados en tribus y éstas a su vez pueden abarcar un número diverso de caseríos y aldeas. También hay tribus de un solo caserío.

Entre los tolupanes, el tipo de tenencia de la tierra es muy particular, dado que nadie la posee a titulo individual. Cada indígena tiene derecho a cercar su parcela y trabajarla; aunque no puede venderla, puede cercar la extensión que es capaz de trabajar, variando de 2-3 manzanas. Esta característica de la tenencia de la tierra esta vigente a pesar de que algunos caciques y cafetaleros se han agenciado más, despojando a muchas tribus de sus tierras.  


Aspecto socioeconómico

Los tolupanes producen especialmente, granos básicos (maíz, frijoles, café) y explotan secundariamente recursos naturales silvestres con raíces y madera. La organización del trabajo es fundamentalmente individual. En ninguna tribu existe el cultivo comunal. Si bien la agricultura es de subsistencia, hay casos de indígenas que comercializan alguna cantidad de café, negocio típicamente ladino, cultivos de frijoles, maíz y casos aislados de venta de frutas, de verdura y yuca.

Los tolupanes pueden contarse entre los indígenas que han desarrollado un amplio conocimiento en cuanto al manejo de las abejas productoras de miel. Son especialistas en detectarlas y domesticarlas, cuando están en la montaña. Esta labor se inicia con el traslado de las larvas o huevos de la colmena silvestre a un trozo ahuecado y sellado en sus extremos, dejando únicamente el grupo de entrada y salida de las abejas. Se deja por unos días próximos al lugar de donde se extrajo y luego se traslada al patio de las viviendas.